Natural, ecológico, con un poder calorífico único y un aroma intenso, el carbón vegetal es el protagonista de las mejores brasas aportando a los alimentos un auténtico e irresistible sabor sin apenas humo. Elaborado a partir de ingredientes naturales, madera o restos vegetales, se obtiene gracias a su calentamiento en hornos a elevadas temperaturas de hasta 700 grados y en ausencia de llama. El resultado es un carbón vegetal, con su característico color negro y con mayor poder calorífico que la madera. Son tales sus propiedades desintoxicantes y beneficiosas para la salud, de la que se han hecho eco diferentes culturas, que hoy se toma hasta en cápsulas. Pero dejamos a un lado sus bondades saludables para centrarnos en sus increíbles propiedades caloríficas: entre los 6900 kcal que se traduce en un alto rendimiento y duración de las brasas. Y lo mejor: podemos elegir entre diferentes variedades para dar a los alimentos el toque deseado.
La madera de encina tiene una dureza extraordinaria
De nombre científico “Quercus ilex”, que proviene del celta “Kerquez”, y que significa árbol hermoso, las encinas constituyen un auténtico estandarte de los campos españoles. Se considera que es uno de los árboles más longevos capaz de aguantar varias centurias en esplendor. Pero es su capacidad de adaptarse a las condiciones extremas del clima mediterráneo y a todo tipo de suelos, lo que confiere a su madera una dureza extraordinaria, una alta resistencia a la humedad y un aroma único. Propiedades que se transmiten al carbón vegetal de encina, su consistencia y durabilidad favorece la preparación de buenas brasas, y su aroma consigue ese sabor ahumado que da un gusto único y especial a cualquier alimento a la brasa.
Con el tradicional carboneo se obtenía carbón vegetal de encina
Durante muchos siglos, y de manera tradicional, la leña de la encina se transformaba en carbón vegetal de encina (el carboneo). Para ello, se colocaban grandes cantidades de madera en el suelo, se cubría con hojarasca y tierra creando un horno y se la prendía fuego. Ardía durante días hasta dar lugar al apreciado carbón vegetal de encina. Y se aprovechaba todo, hasta las cenizas que se utilizaba para blanquear la ropa.
Carbón vegetal de encina, fácil de encender y duradero
El carbón vegetal de encina sigue siendo hoy muy importante para alimentar estufas, industrias, chimeneas y… por supuesto, las brasas de multitud de restaurantes. Y para los mejores, nada como el carbón vegetal de encina Josper que resulta ideal para cualquier barbacoa. Con un aroma muy intenso es perfecto para cocinar carnes y pescados de carne roja.
Podemos encontrar dos variedades: BBQ, de madera semidura, pero con un alto porcentaje de carbono para que sean fáciles de encender y a su vez tengan un gran poder calorífico. El carbón vegetal de encina con denominación de origen nacional (España) va en línea con el ADN sostenible de Josper: promover el manejo ambientalmente apropiado, socialmente benéfico y económicamente viable de los bosques.
Carbón vegetal de alta calidad y de recursos cercanos
Josper lleva apostando desde sus inicios por este natural combustible para que sus hornos y parrillas puedan estar a pleno rendimiento: carbón vegetal de encina, de alta calidad a partir de recursos cercanos, procedentes de las limpiezas de bosques, la selección de brotes, podas sanitarias y mejora, que impulsa la gestión responsable de espacios naturales. Cien por cien sostenible.
Las propiedades organolépticas del carbón vegetal son las mejores, por ello Josper, además del carbón vegetal de encina, ofrece otras variedades características propias para adaptarlo al tipo de alimento que va a cocinar. Eso sí, todos y cada uno de ellos de la máxima calidad, naturales y con propiedades únicas que los convierten en el mejor aliado de las parrillas de los más exigentes chefs que apuestan, como Josper, por el aroma y el sabor de las mejores brasas.
