Hace unos días que estuvimos con nuestro comercial Alvar haciendo una demo en Croacia, Isla de Silba, en el restaurante Konoba Mul, un encantador restaurante junto al mar.
Podéis imaginar la cantidad de demos que hacemos a lo largo de todo el mundo: si tuviéramos que colgar todas en el blog, seguramente os aburriríais leyendo. No obstante, no podemos evitar contaros algunas que nos resultan curiosas por las costumbres de sus lugares y habitantes, como en este caso.
Silba es una isla de 8 km de largo por 700 m de ancho; tiene forma de 8, y se tarda solo 10 minutos a pie desde el puerto hasta el punto más estrecho de la isla, donde se encuentra el pueblo. No tiene coches, se accede solo por ferry y en verano la gente se acerca en sus barcos particulares desde las distintas islas cercanas, también desde de la ciudad de Zadar, a 25 km de distancia en ferry.
Trabajan sobre todo el pescado fresco, que cada día trae un pescador de la isla (principalmente doradas cazadas siempre con arpón) y calamares pescados uno a uno con anzuelo.
En este entorno podéis imaginar la sensación de desconexión general y de conexión con en medio ambiente, calidad de sus alimentos frescos… Es el perfecto paraíso soñado por todos y con cartel de aforo limitado.
Como es evidente, aquí no podía faltar un horno Josper. Pasear por sus calles, con 2.570 horas de luz al año, repletas de brillo y calidez y con clima mediterráneo, ahora, cuando llegue la hora punta del apetito, se impregnarán del delicioso olor de los alimentos frescos, capturados de manera artesanal, en su parrilla.
Esta conjugación de paraíso, cultura y aromas a sal, Mediterráneo y brasa, hace la visita a esta isla de Croacia y a este restaurante aún mas obligada.