El apellido Adrià quedará grabado por siempre en la historia de la cocina y la gastronomía. Sin reparos podemos confirmar que la aportación del equipo de El Bulli marcó un antes y un después en la forma de entender la cocina y de la relación de sus creaciones con los comensales. Este cambio de época vino marcado por su líder visible, Ferran Adrià, y por un equipo extraordinario de profesionales que desarrollaron todas sus inquietudes en ese laboratorio de la Costa Brava, en Cala Montjoi, Roses.
Parte de ese equipo y pieza clave era Albert Adrià, una persona que se define cocinero “por azar”. Con 15 años entró en El Bulli, su hermano era jefe de cocina con 22. Según Albert Adrià, los 3 pilares en la cocina son: el producto, la técnica y el cocinero, pero la clave está en las emociones, en esa experiencia que despierta en el comensal y que no se puede describir con palabras. La emoción que va del paladar al subconsciente, pasando por el registro de vida que nos acerca a ese recuerdo que adquiere vida con la degustación del plato.
En línea con la emoción que la brasa gastronómica transfiere al producto y en base a las técnicas de asado al carbón vegetal la relación de Josper y Albert Adrià ha ido in crescendo en los últimos 5 años. Empezando en el congreso de San Sebastián Gastronomika 2013, pasando por las cocinas del proyecto barcelonés elBarri, la experiencia en el White Rabbit Restaurant, el Four Seasons Hotels and Resorts y los días de PIR Expo Moscú en octubre de 2016. Experiencias compartidas que siguen dando sus frutos, como las 13 cápsulas que estamos presentando estas semanas en los perfiles sociales de Josper.
El producto, la técnica, el cocinero y la máquina, el horno carbón Josper siendo el primer cómplice de la cocina de Albert Adrià, para llegar a esas emociones intangibles y a la vez tan expresivas en boca y mente de los comensales. Que las disfrutéis tanto como nosotros lo hemos hecho, de la mano del gran equipo de El Barri y Josper.
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